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Torrita di Siena, el orgullo de una pertenencia

Los acontecimientos sociales y económicos, aquí y en la cercana Sinalunga, han tomado un camino original. En Torrita, ya entre los siglos XVIII y XIX, se produjo un desarrollo industrial que en la provincia de Siena solo se vio en Val d'Elsa. En ese momento, ya existían actividades de procesamiento de productos agrícolas, seda, vidrio, sombreros de fieltro y tintorerías. La industria manufacturera sigue siendo una importante fuente de empleo, con empresas de construcción, metalúrgicas, para la producción de materiales de construcción, así como empresas de cerámica y madera. Emblemático es el caso de esa empresa que nació como un modesto taller de herrería, que se ha convertido en uno de los más prestigiosos de la manipulación y automatización industrial, con ingeniosas aplicaciones en mecatrónica e informática. Es la otra cara, productiva, de un territorio muy ligado al pasado y a la agricultura, cristalizado principalmente en paisajes y estilo de vida. El acceso a las vías de comunicación y la apertura también mental al resto del mundo han contribuido a construir una economía basada en el trabajo y el ingenio, a pesar de las dificultades de un mundo en evolución.

Profundización

Las primeras noticias de Torrita di Siena se remontan al siglo XI, , cuando la aldea estaba sujeta a la Abadía de Sant'Antimo. A principios del siglo XIII el castillo estaba bajo el dominio de la República de Siena, que lo mantuvo en los siglos siguientes a pesar de los intentos de dominio de Montepulciano y de la familia de Guardavalle, entre los que se encontraba el famoso Ghino di Tacco. Todavía hoy en día son visibles largos tramos de las paredes con tres puertas de acceso originales.

La Fratta, oficialmente en el municipio de Sinalunga, en realidad expande sus tierras también en el Municipio de Torrita. Estas son las fronteras modernas, que duplican una pertenencia: la de Ghino di Tacco, el famoso caballero bandido. Territorio agrícola, por lo tanto, así como industrial. Además de la producción normal, en Montefollonico destaca un sendero dedicado al Vin Santo. Pero más que el producto en sí, la referencia es a un estilo de vida, y la acogida que, en los campos toscanos, siempre se refiere a una gota de este delicioso producto.

Experiencias a vivir

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